Los perros son capaces de reconocer y responder a las emociones humanas y de otros perros. Pueden distinguir entre diferentes expresiones faciales y tonos de voz y entender el estado de ánimo de una persona.
Los perros pueden sentir empatía hacia las personas y otros perros, consuelan a las personas cuando están tristes y muestran preocupación cuando otros perros o animales están en peligro o en necesidad.
Tienen una comprensión innata de la jerarquía social y pueden leer las señales sociales de otros perros. Esto les permite interactuar con otros animales y personas, son capaces de resolver conflictos y mediar entre otros perros.
Pueden reconocer cuando dos perros están en desacuerdo y pueden intervenir para calmar la situación. Los perros pueden aprender emociones positivas y negativas a través de la experiencia.
Pueden recordar experiencias previas y asociarlas con emociones específicas.
En general, la inteligencia emocional en perros es una característica sorprendente que les permite ser animales altamente empáticos y compasivos. Esto los convierte en excelentes compañeros para las personas y otros animales y los hace ideales para trabajos en el campo de la terapia y el cuidado de la salud animal.
